#18: Pon los frenos
Aunque nunca nos hayamos encontrado en una situación en la que una conversación haya subido de tono drásticamente, todos hemos sido testigos de alguna. Puede parecer que algunas de ellas estaban justificadas en ese momento, pero cuando vuelves atrás y piensas en la situación, a menudo te das cuenta de que la intensidad que se produjo definitivamente no era necesaria.

Bueno, incluso los psicólogos estarían de acuerdo en que la intensidad innecesaria y constante no es buena ni saludable para ninguna relación. Siempre que un miembro de la pareja intenta vincular algo completamente ajeno a otra cosa para justificar su actitud, a menudo sale mal.