La paternidad en su máxima expresión
Llevar niños a un restaurante está bien, siempre y cuando haya un adulto a cargo asegurándose de que se comporten. La gente va a un restaurante o a un bar al final del día para relajarse y pasar un buen rato después de un largo día y lo último que necesitan es que haya niños corriendo, gritando y portándose mal a su alrededor.
Sin mencionar que permitir que tus hijos jueguen con las canillas en la barra está mal a otro nivel. Además de molestar a los demás clientes, es obvio que también molesta al mesero, al personal de servicio y al dueño del lugar. Además, podría causar daños en el equipo del restaurante, ¡y podría ser peligroso para el niño! ¿De verdad tenemos que seguir enumerando más razones para explicar por qué esto es simplemente un comportamiento grosero?