Un desastre pegajoso
Como regla general, si estás en un espacio público y te sientas en una mesa limpia, debes intentar dejarla como la encontraste. Dentro de lo razonable, por supuesto. Los accidentes ocurren y hay empleados que al menos deben desinfectar las mesas. Sin embargo, hay personas allí afuera que disfrutan de convertir la vida de los empleados en una pesadilla. O, una vez más, no les importa ni un poco que otra gente tenga que limpiar su desastre injustificado.
Esta situación es el epítome de grosería y mala educación, señoras y señores. ¡Al menos intenta limpiar tu desastre! Esperamos que la persona responsable por esto no se convierta en el próximo líder mundial o en un científico de buena reputación. De contrario, ¡nuestro futuro será más desastroso que esta mesa empapada y desordenada!